James Bond odia el té
Puede que el espía personifique la inglesidad en todo el mundo con sus buenos modales y su estilo impecable, pero no le ofrezcas una taza de té, porque es un detesta confeso de la bebida amada por casi todo Blighty.
En el libro ‘Goldfinger’ -publicado en 1959- James dice: "No bebo té. Lo odio. Es barro. Además, es una de las principales razones de la caída del Imperio Británico. Sé buena chica y prepárame un café".